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Price - Victoria

Domingo, 16 de enero de 1944

 

CAMPEONATO DE CANARIAS

Estadio del Tenerife

C. D. PRICE  <>  REAL CLUB VICTORIA

"ROJIBLANCOS"  Y "BLANQUINEGROS" EMPATAN A CERO,

EN UN ENCUENTRO TENAZMENTE DISPUTADO

 

El primer tiempo fue nivelado, pero en el segundo se impuso claramente el equipo realista, llegando a merecer  el triunfo

0 - 0. Partido de ida del Campeonato de Canarias. Primer "round" en Tenerife. Hay una cosa que muchos olvidan. Y es que en esta clase de eliminatorias, la victoria o el empate no tienen el real valor de otras veces. Aquí lo más interesante es el resultado que el marcador contabiliza. Por eso, este empate de hoy, fue ante todo un triunfo del Real Victoria. Aparte de haber sacado un resultado honorable de la guarida contraria, cabe esperar ahora que en el encuentro de vuelta no le sea muy difícil ganar. Tendrían que ocurrir cosas completamente inesperadas para que así no sucediera.

No vamos a negar aquí que se alimentaba cierta ilusión en cuanto al partido. Algunos, incluso, fueron al campo convencidos de que el Price iba a rubricar la tarde con un resonante triunfo. Y es más, esperaban que esa victoria holgada llegara con cierta facilidad, con esa facilidad con que han llegado otros triunfos al "once" de la Rambla.

Pero a fin de cuentas, no hubo la jornada de euforia, en la que las ovaciones se hubiesen engarzados al caer los tantos rojiblancos en el casillero. El Real Victoria, que tenía también una moral a sus espaldas y una responsabilidad, quebró las esperanzas de los locales, con una actuación recia que llegó, incluso a hacerle merecedor del triunfo en ciertos momentos.

La línea del partido. Existía una clara diferencia sobre el campo. El Price no brillaba como en otras tardes del Campeonato. Daba sensación de endebles, de inferioridad en una palabra. Parecía que el Real Victoria le ganaría sin muchos esfuerzos. Sus líneas de atrás no dejaban mover a gusto al ataque tinerfeño.

CástuloPor otra parte, las figuras primates de la vanguardia del Price no rayaron en esta ocasión a su altura acostumbrada. ¿Fue porque no tenían su tarde, o más bien por la estrecha vigilancia a que fueron sometidos los hombres más peligrosos rojiblancos, que éstos no rindieron lo esperado? Nosotros creemos que esto explica mejor la poca fortuna de Núñez III, por ejemplo, que tuvo a su lado el marcaje de Abreu y la entrada de fuerte y enérgica de Cástulo y Marín; a la imprecisión en los disparos de Núñez II, enviados a toda prisa para evitar el acoso contundente de los zagueros; los fallos de Antonio, cuidado por un medio ala dura y tenaz como Mentado; la prudencia de Roig... muy bueno en su banda, pero poco amigo de meterse a la busca del gol, en los dominios de los defensas victoristas.

Apelotonados y nerviosos, los delanteros del Price eran incapaces de forzar aquella sólida barrera que integraban Cástulo y Marín. Una barrera que se imponía por su dureza y decisión y que protegía bien a Pérez. Cuando a éste le llegaba algún balón peligroso, sus seguras intervenciones frustraban los intentos del adversario.

Aún vimos hacer algo al Price en el primer tiempo. La figura de Núñez II, creó unas cuantas situaciones graves al Victoria. Pero aquellos balones que llegaban  Roig, no eran internados hacia el marco de Pérez. Y los centros eran cortados con facilidad por los atléticos hombres blanquinegros, decididos a jugarse el físico para que el balón no pasase a sus mallas.

Después del descanso, el Price se apagó totalmente. Y el Victoria señaló un claro dominio, nacido en la brega constante de Abreu, dueño de las riendas del mando. Pero al Victoria venía a ocurrirle algo igual a lo del Price: la escasa penetración de la vanguardia. Además, se daba el caso de que la zaga rojiblanca, que se consideraba como la línea de menos garantía, tenía una actuación bastante regular, con mayor seguridad que otras tardes. Y unas veces por fallos propios y otras por las afortunadas intervenciones de los defensas y guardametas locales, se acusaba la ineficacia en el ataque blanquinegro.

De esta forma estuvo el Victoria rondando durante más de media hora de intensa presión, los dominios de Cabrera, sin marcar. El gol era muchas veces inminentes. Pero siempre los zagueros del Price salían con fortuna de aquellos líos que se formaban ante su puerta, consecuencia de unos avances mal llevados.

Un equipo recio, bien conjuntado y animoso. Así es el Real Club Victoria. No le pidáis grandes cosas en el terreno de lo técnico. Juega un fútbol sencillo, sin malabarismos, apoyado en el gran temple físico de sus hombres, impulsados por este ánimo tenso que el equipo despliega como uno de sus mejores resortes para triunfar.

No está huérfano de buen juego el Victoria. En su delantera, Jorge añadió al equipo unas gotas de clase con su clásica finura. Sin embargo, éste muchacho atraviesa por una evidente baja forma: No es, ni muchos menos el de antes. Y así le vimos hundirse poco a poco, hasta borrarse totalmente.

Todo el Victoria dio sensación de equipo logrado con una excelente moral y una buena forma física. Domina con acierto el juego alto. Su medular poco brillante, pero eficaz, cortó de cabeza mucho y bien. Puntualizando en hombres, Abreu fue junto con Cástulo y Pérez, los blanquinegros más destacados. En el medio centro hay un puntal muy sólido. Acostumbra a realizar Abreu en Tenerife actuaciones muy completas y hoy no ha sido una excepción. Durante la segunda parte fue cuando alcanzó mayor brillantez. Cástulo está otra vez en forma. Jugó su mejor carta en la colocación. Esta habilidad para estar en el sitio preciso y su despeje fuerte y su mucho valor nos dan una defensa firme y seguro. Y Pérez ha confirmado toda la fama de que venía precedido. Realizó unas cuentas paradas maravillosas.

Después de estos tres, destacó Marín, que sabe aprovechar las ventajas que le da su constitución física. Mentado marcó con acierto al ala izquierda del Price, bregando con entusiasmo; Saura hizo algunas cosas, aunque fuera muy desigual, ya que junto a momentos inspirados nos ofreció claros descensos y Pacuco y González centraron bien, pero sin profundizar. Marín II y López estuvieron con los más flojillos del Real Victoria.

El Price. En el Price, Cabrera por encima de todos. Hizo otro excelente partido. Fue el meta que todos conocemos. Seguro y de fácil visión, condiciones que acreditó cuentas veces fue necesarias.

Ya, queda dicho que la zaga estuvo esta vez bien. Los medios, mejor en el primer tiempo; luego aflojaron bastante. De los tres, Núñez I fue el más acertado.

Y en el ataque, con el defecto ya señalado en todos, hizo Núñez II y Roig la labor más meritoria, siguiéndole de cerca Benigno.

Ligera historia del encuentro. Arbitró Ferrera Ferraz. Tuvo algunas equivocaciones en los fueras de juego, durante la primera parte. Por lo demás, mostró rectitud de criterio, llevando el encuentro con buena mano. A sus órdenes formaron los equipos así:

Price: Cabrera; Orlando, Chicho; Morera, Alvarito, Núñez I; Roig, Núñez II, Núñez III, Antonio y Benigno.

Victoria: Pérez; Gonzalo Marín, Cástulo; Mentado, Abreu, López; Pacuco Penichet, Pacuco Jorge, Marín, Saura y González.

Ataca el Price en los primeros momentos y la zaga del Victoria debe emplearse a fondo, entrando con dureza a Roig y Núñez III. Hay algunas jugadas de peligro ante el marco de Pérez y Benigno remata un  pase adelantado de Antonio que el meta canario bloca difícilmente. Roig hace otro tiro alto y esquinado que Pérez detiene en un alarde de agilidad.

El Victoria avanza y está a punto de marcar. Un centro de Penichet lo caza al vuelo Marín, pero el cuero se estrella en el travesaño. Vuelto el balón al campo, González tira alto.

Jorge dispara en una ocasión y Cabrera detiene con seguridad. El Victoria domina. Orlando se ve obligado a ceder córner, que da ocasión a que Cabrera haga un buen blocaje por alto. Chicho rompe a continuación un avance de Pacuco Jorge y más tarde, un gran cambio de Saura a Penichet pone en aprieto el marco pricista. Pacuco Penichet centra raso, pero Marín no llega al balón. Otro grave peligro para Cabrera lo aclara Orlando después de unos cuantos rebotes. Después, Núñez II desperdicia una magnífica ocasión a un balón de Roig.

Hasta ahora no hay delimitada ninguna supremacía sobre el campo. Pero el Victoria, pese a verse dominado en ciertas fases, da la impresión de equipo más hecho y difícil de derrumbar. Sus zagueros se mueven con acierto y las soberbias intervenciones de Cástulo son ovacionadas.

Vamos acercándonos al descanso y se registra un pase profundo de Núñez a Roig, pero éste, en vez de buscar el gol en flecha, se limita a centrar, estropeando la jugada, porque el ataque estaba todo atrasado.

Llegamos al final del primer tiempo con 0-0 en el casillero. Hierve de comentarios el Estadio durante el cuarto de hora de descanso.

Mientras algunos consideran que el Price puede ganarle al Victoria en lo que resta de juego, son también muchos los que no confían en una recuperación de fuerzas del once tinerfeño, que no está rindiendo lo que en él es normal. Vuelve a reanudarse la lucha, iniciándose un dominio fuerte del Victoria que ha de continuar sin interrupción durante treinta y cinco minutos. Los defensas blanquinegros están situados casi en el centro del campo. Pero el ataque, que es continuamente lanzado por la medular, no acierta en el remate. Jorge se ha agotado completamente y vaga por la "tierra de nadie". Un remate de Saura sale fuera y otro de Pacuco lo detiene Cabrera con facilidad.

RoigJorge falla una gran ocasión, por exceso de retención del balón, dando tiempo a que intervenga Chicho. Pacuco Penichet hilvana un avance con Jorge, que corta la zaga adversaria. Un avance llevado por González termina con centro que bloca seguro Cabrera. Pasan los minutos y el gol sigue rondando la meta tinerfeña, pero no llega. Hay dos buenas intervenciones de Cabrera. Un remate colocado de Jorge que detiene en el mismo ángulo y otro de Marín, al ejecutar un golpe franco, que salva prodigiosamente.

Faltan unos minutos tan solo y el Price, que se ha repuesto un poco, avanza por la izquierda. Centra Benigno y Núñez III se lanza en acrobático salto, rematando de cabeza brillantemente, pero el balón sale sobre el larguero.

Cástulo resulta conmocionado en un choque con Roig. Cuando se le atiende por el entrenador y el masajista, el árbitro señala el final. Desfila silenciosa la muchedumbre que abarrotaba el Estadio. Después de lo visto, ya nadie tiene esperanza en cuanto al encuentro del domingo en Las Palmas.

La trastienda y... fisonomía del encuentro

Una gran deportividad presidió la lucha. Muy pocos partidos se han esperado con tanta expectación como este entre el Price y el Real Victoria en el primer choque de eliminatoria para el Campeonato de Canarias. Había un natural ambiente de apasionamiento en los aficionados, ya que la lucha, a cara o cruz, debía decidir las posibilidades del conjunto tinerfeño con vista a la segunda "edición" del próximo domingo en Las Palmas. Pero en el ánimo de todos existía el convencimiento de que el juego iba a ser disputado enérgicamente, pero correcto y caballeroso. Y así fue. Los dos bandos se batieron tenazmente, pero terminaron verdaderamente confraternizados. El público, que colmaba totalmente el campo - el lleno mayor de la temporada - recibió al conjunto de Las Palmas con verdadera cordialidad. Es esta una de las notas que más nos interesa destacar, sobre todo en estos momentos en que nos encontramos de nuevo a las puertas de la IV competición de Liga Interregional.

En esta primera lucha de campeones el Real Club Victoria ha conseguido un empate. Resultado que parece marcar el camino de su triunfo final, ya que el segundo partido lo jugará en su campo y en el ambiente de su público, factores que siempre pesan en el resultado de estos encuentros. Así se ve el segundo choque, aunque muchos, y con razón, piensan en el inesperado cambio que tomó el pasado año estas eliminatorias. Cuando el Iberia empataba en Las Palmas y luego el Marino le vencía en Tenerife. Fue aquella una de las tantas alternativas que hace del fútbol el espectáculo deportivo más emocionante.

La crónica del desarrollo y las alternativas del partido ya han sido reflejada anteriormente. Sólo nos resta decir que los pricistas aceptaron resignadamente el empate, que le deja casi al borde de la eliminatoria. Sin embargo, parece que hay demasiado optimismo en el Victoria. Quizás sin tener en cuenta que ningún partido se parece.