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Partido: 20-05-1934

Domingo, 20 de mayo de 1934

  • CLUB DEPORTIVO TENERIFE
  • EVERTON

Un "Tenerife" ambicioso plantó cara al "Everton", aunque acabó perdiendo

 Fernández portero del deportivo, paró ¡hasta el tranvía!

A "Dixie Dean" le falta un baño de plata en el tobillo

¡Ríanse ustedes de Gorostiza!

La emoción del "goal" de Semán

EL PRIMER TIEMPO "VERY GOOD"

EL MEDIO CENTRO DEL "EVERTON" JUEGA POR CUATRO

1 - 2. Cartel. Pero en medio de todo este pesimismo, el interés, la sensación de la espera por ver en la tarde de hoy si es verdad tanta fama y tanto renombre. Pero al cronista, que de estas cosas tiene una marcada experiencia, no se le oculta lo difícil de la contienda para los jugadores tinerfeños; pero sí espera de ellos el esfuerzo y el amor propio, dejando a un lado por esta vez todo aquello que sea discrepancia y antipatía a objeto de servir en la tarde de hoy a la afición el plato exquisito de buen fútbol. Ingleses y tinerfeños, cada uno con su juego y características frente a frente. Dos modalidades distintas. Dos temperamentos de raza y un solo objetivo: "ganar". ¡En un ambiente de plena cordialidad presidido por la grandeza majestuosa del Teide!

El Stadium. El pueblo deportivo de las islas ha honrado esta tarde, abarrotándolo materialmente, el magnífico Stadium tinerfeño. Calculando "al ojo", unos 7.000 espectadores han acomodado sus humanidades en la balompédica "Catedral" de Santa Cruz.

Y guardias de Asalto, de Seguridad, Civil, municipal, tricornios, gorras de plato, "porras"... ¡Todo al por mayor!

La benemérita, "Cruz Roja"...

¡Y doce fotógrafos! El quórum de los "ases" del magnesio.

Y los pabellones simbólicos de las dos grandes naciones amigas - Inglaterra y España -, arriados hasta el tope exacto del mástil del Stadium... ¡¡Hurra!!

"Pross" y "Ases". En medio de general expectación saltan a la pista los "pross" del "Everton" y ases del "Tenerife". La ovación que se escucha es apoteósica.

Militarmente situados ante la tribuna de honor, el ex árbitro inglés Mr. Spragg - gran amigo de Tenerife y del "Tenerife" -, hace a los presidentes de ambos equipos, Mr. Cuff y señor López y Martín-Romero, las presentaciones de cortesía. El "respetable", entretanto, no ha cesado de batir palmas un minuto.

Y hay luego ramos de flores.

¡Y a jugar toca! La pelota, víctima inerte sobre el punto de yeso, recibe el primer puntapié de Arencibia. El "nazareno" ha soplado el silbato y comienza seguidamente la danza.

Hay emoción en las tribunas. Abajo, en la cancha, flota un respetuoso silencio sobre el ambiente nervioso de los jugadores. El vuelo de una mosca, de decidirse el aéreo insecto a emprender un "raid" a través del Stadium, se neutralizaría inmediatamente con el "filit" emocional que exhalan los pechos.

Y sube de pronto este grado de emoción. Se revolucionan los nervios. Es que Morera ha disparado sobre la meta de Sagar el primer pelotazo de la tarde. Gozosos, los "hinchas" del Tenerife, han levantado automáticamente sus posaderas por un momento. Pero no pasa nada. El tiro, fuerte, y bien intencionado, ha salido a "out" timándose con un poste. Y dicho en términos taurinos, ovación y vuelta al ruedo".

Vuelve a la carga el Tenerife. Con entusiasmo, frenéticos, puestos el corazón y los sentidos al servicio afanoso de los colores. Hay moral y disciplina, inspiración, "compañerismo"...

Todo sea por...

¡¡Por el pabellón glorioso de Canarias deportiva!!

Un medio que vale por cuatro. Momentáneamente impresionados con aquella espléndida visión de fútbol corto y afiligranado de los insulares, los "pross" ingleses parecen como si "dejaran hacer". Pero, repuestos ya, comienzan a desplegar su ofensiva. El centro medio, Gee - un medio centro que juega por cuatro -, abre primorosamente el juego a las alas. Sus pases son largos, potentes, medidos... Y tienen la rara virtud de caer siempre en las botas mismas de sus destinatarios. ¡Magnífica visión la suya! Y eso, sin casi moverse de la circunferencia del centro del "ruedo". Colocado, sin malgastar energías, atento en todo instante al juego de los suyos y alerta como nadie a las intenciones del jugador contrario. ¡Un medio-centro que vale por cuatro!

El domingo nos explicamos muchas "cosas" que ocurrieron en aquel 7-1 famoso del campo de Highbury.

Ricardo Zamora y José María Mateos: ¡por estas!

Pero corramos el telón metálico de las añoranzas desagradables, y retornemos con nuestras reflexiones al tablero de ajedrez - eso es el Everton en la cancha - que avizoramos en el Stadium.

Hay equipo en el "Tenerife". Se han pacificado hace ratos el manojo de nervios que les poseía. ¡La palabra "pross", que impresiona!

Están carburando los isleños. Funcionan adecuadamente sus líneas de vanguardia y retaguardia. El engranaje en el juego, hasta ahora, responde. No se apabullan los jugadores del Teide y le replican en todo momento la pelea al Everton.

El optimismo de "quedar bien" ensancha los pechos. Ya respiran los "hinchas". Y flamea en las tribunas del Stadium el optimismo de que no ridiculizará el Tenerife la honrilla deportiva de las islas. Porque hay "equipo 

¡Dixie Dean! Todo un símbolo. Dixie Dean es lo mismo que decir... ¡la Copa de Inglaterra!

¡Qué estrechamente unido está a él el recuerdo glorioso de los campeonatos británicos! ¡¡Oh, si los trofeos hablarán!!...

(¡Lástima no haber traído la "Kodack!) ¡Ahora me convenzo que vacaciones sin "Kodack" son vacaciones perdidas!

¡¡Goal!! El grito ha estallado unánime ¡¡goal!!

 La ovación que lo acoge es inenarrable. El Stadium en peso se ha puesto en pie. Bailan y saltan los "hinchas" alborozados. Se retrata en los semblantes el regocijo y alegría de los canarios. Nadie puede contener su gozo. Y hay quien, a nuestro lado, llora, incluso, de emoción. Palabra. Desde nuestra atalaya, el Teide, postinero y altivo, nos guiña el ojo.

¡No podía esperarse menos de tan gigante caballero!

Semán ha batido a Sagar. Le ha correspondido a Semán el alto honor de batir las mallas custodiadas por la rubia figura de Sagar. El cronista considera tímidamente que el honor es de ambos. De Sagar y Semán.

Cierto que el "goal" ha sido entrado por Semán. Pero todavía, en su "obra", hay más "honrados", Quique, pro ejemplo, preparó la pelota y ha fabricado la jugada. A Rancel - ¡cómo no! - le corresponde también su poquito de gloria.

Pero todo el Tenerife se abrazó emocionado. Un abrazo cordial y generoso. Colofón consolador de la armonía que debe existir siempre en un equipo.

Y quien se sienta aludido, ¡qué se fije y aprenda!

El Everton no se amilana. No les hace efecto a los "chonis" del Everton el "goal" de Semán. Nadie se precipita ni aumenta su esfuerzo por tomarse cumplida revancha. Cada cual permanece en su puesto "nadando y guardando la ropa". Ya vendrá por sus propios pasos - parece como si se dijeran mutuamente. No hay que apurarse. ¡Nosotros también comemos bananas!

Y tenían razón.

Termina el primer "half-time". Después de mutuos ataques por parte de ambos bandos, el árbitro del encuentro, Mr. Willys - digamos ya de una vez que fue éste el colegiado de turno -, pita el final del primer tiempo.

El público, con tal motivo, despide a los jugadores de los dos equipos con cariñosos aplausos.

Y quien más quien menos, acude a las cabinas a saciar su sed y cobrar nuevas energías que le ayuden a sobrellevar las emociones que pueda depararles este segundo tiempo que se aproxima.

Una pita fenomenal. Inesperadamente atronó el Stadium una pita fenomenal. Nadie ve la punta a tan sonora manifestación. Pero al fin se aclaran las dudas.

¡Un "guindilla" municipal que cruzaba el campo dándose más tono del reglamentario!

Se reanuda el juego. Desde los primeros instantes da la sensación el Everton de que le ha "tocado" el turno. Y comienza a amenazar el marco de Fernández con más frecuencia de la que este deseara.

Los "pross" ingleses practican ahora un juego "seco", serio, sin nada de filigranas. El medio centro empuja el ataque que es un primor. La delantera británica arrolla materialmente a la defensa del Tenerife. Se "marca" el empate.

No cabe duda que el famoso Dean ha venido a Canarias en plan de turista. ¡Señores, vaya manera de esconder el hombro! Toda la tarde se la ha pasado el angelito contemplando la elevada estatura de Fernández. Parece como si quisiera medirle el ojo. Francamente, no lo comprendemos.

De rato en rato, el ídolo inglés se decide a obsequiarnos con un destello, pero su intento no pasa de un conato. Siempre nos deja con el gusto en al boca. ¡Exactamente igual que cada tres episodios de "La mina Pantker"!

¡¡Ríanse ustedes de Gorostiza!! Los ingleses continúan dejando a un lado las filigranas. Nada de gambeteos inútiles ni vueltas en derredor del balón. Y es que no hay duda que los "chonis" son menos flamencos que los españoles. Nos convenceremos dentro de un instante. Veréis.

¿No te lo dije? El empate es cuestión de minutos. ¡Paf! Ya está ¿No lo dije?

Coulter ha sido el "gracioso". Rápido en las sprintadas, el exterior inglés se llevó por piernas a García y empalmó sobre la marcha un zurdazo imponente. Fernández nada pudo hacer por blocarlo. ¡Cualquiera!

El "goal" cae como una ducha de agua fría; pero el "respetable" reacciona y aplaude merecidamente la jugada.¡Ah! Volviendo a lo mismo, ¡¡ríanse ustedes de Gorostiza!!

Decae el Tenerife. Momentáneamente decae el Tenerife. Ello obliga a los "backs" a replegarse y a que Fernández se multiplique bajo el marco para impedir nuevas perforaciones en su meta.

El "goal" del triunfo, desde fuera del penalty. Desde fuera del penalty, por mediación de Highman, el Everton obtiene finalmente el "goal" del triunfo.

El tiro fue disparado a media altura y ha sorprendido a Fernández.

Antes de comenzar el desfile, el público tinerfeño ovaciona nuevamente a ambos equipos y agita sus pañuelos en honor del notable equipo inglés.

Ha sido una tarde inolvidable de gratas emociones deportivas.

Formación de los equipos:

"Everton": Sagar; Villiams, Cook; Britton, Gee, Stein; Galdard, Cunliffe, Dean, Stevenson y Coulter.

Jersey azul y pantalón blanco.

"C. D. Tenerife": Fernández; Matroyo, Ruperto; Arencibia, Melito, García; Luzbel, Rancel, Chicote, Semán y Quique.

Jersey blanco y pantalón azul.