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Alfredo Rivas Pérez

NUESTRAS FIGURAS DE AYER 

ALFREDO RIVAS PÉREZ 

ALFREDO RIVAS PEREZ. Uno de los mejores medios centros que ha dado Canarias. Casi toda su vida deportiva la desarrolló en el equipo merengue, lo que es igual manifestar: Club Deportivo Gran Canaria. Aunque también jugó en el equipo popular, es decir: Marino F. C.

Después de la decadencia de nuestro fútbol, pueden jactarse los "teams" Gran Canaria y Porteño de haber sido los que por segunda vez hicieron el resurgimiento del fútbol local. Esto aconteció allá a principios del año 1922. Por aquel entonces se iniciaron en el juego Pepe Álamo, Rafael González y Alfredo Rivas, entre otros. Estos jugadores hicieron concebir halagüeñas esperanzas por sus grandes condiciones para el deporte, más tarde plenamente confirmadas al conceptuarlos la opinión como verdaderos "ases" dentro del fútbol isleño

Rojo, dijo: Un equipo de fútbol, debe ser una cosa tan perfecta que desde que falle uno de sus componentes, todo el conjunto se resiente. Pero a pesar de un engranaje, en el cual cada piñón tiene su función especial, hay no obstante, sitios de más responsabilidad que otros, un medio, puede flaquear, bien por cansancio, bien por que el extremo sea superior en velocidad; no obstante, esta debilitación de la línea media puede ser fortalecida por el interior, pero no sucede así en el centro medio, si éste falla, toda la línea media se viene abajo y el centro delantero contrario se colará por la brecha abierta hacia el gol.

Un equipo sin centro medio es el fracaso, la derrota. En Las Palmas, como en la península, como en todas partes donde se juega al fútbol, el puesto de centro medio es el más difícil de cubrir, porque para dicho puesto se requieren cualidades especiales: vista, colocación y agilidad sin tener en cuenta su estatura y ser valiente. En la península, los seleccionadores siempre han tropezado con este escollo: el centro medio, ha habido algunos de fama como Meana, Balauste, Solé, Gamborena, pero...

Parece que esta vez va en serio y tras el resurgimiento, nacimiento de nuevos clubes y reorganización de algunos de los históricos, por lo menos en afición, el fútbol local ha tenido un gran avance. Se ha conseguido que hasta los viejos hinchas, aquellos que habían jurado no volver a presenciar ningún partido más, abjuraran y volvieran a los terrenos de juego y entusiasmarse y apasionarse. Por lo tanto, se ha logrado un cincuenta por ciento en beneficio del deporte y un diez solo a favor de la clase de juego que practican los clubes.

Falta un cuarenta por ciento de clase, de técnica, de método, de disciplina y de educación deportiva. Esta es la gran tarea a realizar y a afirmar definitivamente en todos los cuadros deportivos. La misión corresponde a los que orientan y dirigen a los cuadros en general y a los jugadores en particular. Es asunto este de capital importancia, aunque a muchos parezca una nimiedad. No hay tal cosa. Al contrario, es condición indispensable, para pedir victorias y conseguirlas, tener un equipo eficiente, bien preparado, con jugadores a quienes se les pueda pedir con exigencia que rindan más, que practiquen un juego lucido, bien ligado, cohesionado, práctico y efectivo.

¿Cómo conseguir esto? Muy sencillo. La fórmula no está aún escrita en letras de molde, ni existe ningún tomo que sea más pesado que un libro de texto de 487 páginas que hable de la teoría de la relatividad o del cálculo infinitesimal, que explique como se consigue esto en diez días, como rezan las portadas de algunos libros de idioma extranjero, que dicen con gran tranquilidad y seguridad: "¿Quiere usted aprender a jugar bien al fútbol y ser un "as" en diez días?", entonces todos seríamos unos maravillosos jugadores y no habrían médicos, ni farmacéuticos, ni periodistas, ni abogados, ni ná, ni ná, porque el fútbol daría para todos con lo que se gana siendo profesional. También sería una inutilidad ese otro libro que dice en su linda y tentadora portada: "Método para ganar millones en poco tiempo", porque con el librito del futbolista se gana dinero, se estira los músculos, se conserva una mejor salud - ya que el deporte es salud - y se viviría muchos años con todo felicidad.

¿Cuál es la fórmula? "Para llegar a ser un futbolista es necesario: Primero: tener condiciones natas; segundo: afición; tercero: entrenar constantemente y procurar hacerlo cada día mejor; cuarto: tomar en serio lo que digan los que saben más de estas cosas; quinto: aprender como se juega en el puesto que más le gusta, estudiar el desarrollo de las jugadas y procurar llevarlas a la práctica con la mayor inteligencia posible; sexto: saber como se para un balón, como se pasa mejor a un compañero, como se dribla con más facilidad y soltura, como se ejecuta con precisión los castigos, cual debe ser su colocación en el terreno de juego y de que forma ayuda con mayor facilidad y ventaja al compañero; séptimo: mucha disciplina, mucha, mucha más de la que se cree debe tenerse en un campo de juego y otras "bagatelas" o condiciones, como se las quieran llamar, pero que son indispensables a todo "el que se crea" jugador.

Alfredo Rivas. Creemos que todas estas cualidades son innatas en él y las lleva consigo. Es majestuoso, impresionante. Juguetea con la pelota entre sus pies como un león la zarandearía aprisionándola entre sus garras.

En sus saltos o resano, junto a una prodigiosa agilidad, se halla la belleza con que se eleva y golpea raso y seco. Nadie mejor que él expresa esa técnica majestuosa del juego del fútbol.

Y cuando, con su formidable pie, lanza el balón, creeríamos, si cruzase junto a nuestro rostro, que un huracán iba a azotarlo.

Nosotros hemos creído que esto ha de producir especial placer a Alfredo Rivas. Y así es. Así nos los confiesa. Pero si un "goal" marcado de tal modo llena su alma de satisfacción, en cambio, el meter un penalty no le causa emoción ninguna.

Y nos descubre el secreto de sus penaltis: - "Al tirar, siempre tengo absoluta fe en mi mismo. Nadie más sorprendido que yo de que un penalty lanzado por mi no haya entrado. Pues bien: antes de pegar al balón observo hacia qué lado se inclina el portero. Y se lo mando hacia el otro. Pero nada de colocarlo suavemente. ¡Seco y fuerte!" Alfredo Rivas es un completo deportista. Para él casi nos atreveríamos a asegurar que no hay secreto en el fútbol su pasión es la pelota.

Rivas lo tiene todo, no se puede decir:

"Nos gustaría ver un medio centro que jugara de esta forma: parando el balón con precisión, pasándolo con seguridad matemática y con la fuerza adecuada para que no se malogre la jugada; que antes de enviar la pelota a un compañero, mirara primeramente el lugar en que se encuentra y si está en posición ventajosa para recibirla; que tuviera exacto conocimiento de lo que es jugar al ataque y a la defensa; realizando estas formas de juego según las circunstancias le aconsejen y que tuviera amplios conocimientos sobre lo que es "ser el cerebro de un club de fútbol".

Nos gustaría igualmente que ese medio centro jugara con ambos pies, con la misma facilidad en uno que en otro y que el balón saliera siempre de ambos con la misma seguridad y precisión. Ese medio centro ha de saber también "cuartear", jugar por alto con la misma soltura y habilidad que empleando el juego raso y tener agilidad, mucha agilidad.

Nos gustaría mucho que al mismo tiempo que practican entrenos de balón hicieran también ejercicios físicos. Corrieran un poco con arreglo a un plan metódico, hicieran un poco de gimnasia, saltaran a la comba, aprendieran a saltar para alcanzar el balón con la cabeza, adquirieran movilidad y fortaleza física y se tomaran todas estas cosas en serio, ya que ellas son las bases más fundamentales para ser un gran jugador de fútbol.

De toda la vida es "que para lograr ser algo en cualquier cosa, hay que estudiar". Por eso, para ser un buen futbolista es preciso estudiar: Estudiar las jugadas, estudiar como se controla bien el balón, estudiar como se pasa mejor, como se chuta bien, como se saca un córner o un "faut", como se puede marcar de cabeza a la salida de un córner estando de espaldas a la meta, etcétera, etc."

Alfredo Rivas cumple con todos los requisitos expuestos en los párrafos anteriores. Solo se siente fuera de lugar y se indigna contra quienes practican el juego sucio. Precisamente lo que más le encanta es el juego limpio. Y qué cosa más preciosa es él verle jugar de tal modo.

El señor Silva Rojo, dijo: "Alfredo Rivas - sin lugar a dudas -,  hubiera sido el mejor centro medio de Canarias; ágil, resistente, pero tenía el defecto que no quería que le dieran golpes; nosotros creemos que tenia razón, pero en fútbol se reciben y se dan, como él no quería ni una cosa ni la otra, se retiró en plena juventud, fue una lástima, pues habría sido algo excepcional, pero nada tiene que ver para que nosotros creyéramos y sigamos creyendo que hubiera sido, quizás el mejor centro medio canario."

En 1926 al constituirse el Colegio de Árbitros de la Provincia de Las Palmas pasó a formar parte de él.