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Miguel Gil

 NUESTRAS FIGURAS DE AYER

MIGUEL GIL

El principio futbolístico de Miguel Gil, como el de todo muchacho de su tiempo, fue estar a la caza del balón que salía de los campos abiertos donde los "equipiers" del Marino F. C. hacían sus entrenos, con el fin de dar su patadita, o hacer su regate si había otros que en sus mismas condiciones se lo disputaba. En ambos casos, y a pesar de calzar unas alpargatillas, demostraba una rara habilidad que atraía la atención y concebía grandes esperanzas para el futuro. A medida que avanzaba el tiempo, iba poniéndose de relieve sus grandes facultades de asimilación, velocidad, toque de balón, regate, etc., unido a una inteligencia y limpieza a toda prueba. Siendo aún muy niño, y sin esperar a que estuviera formado por completo, Elíseo Ojeda, actuando de capitán del "Marino", consiguió por el año 1916 incluirlo en la lista de sus jugadores. El puesto que ocupó fue de exterior derecho, y aquí como en el de interior izquierdo, más tarde, fueron muy pocos los jugadores que llegaron a su altura.

En 1916, a pesar de ser todavía un niño, como antes apuntamos, los equipos adversarios ponían a su vigilancia, un jugador no solamente notable sino también físicamente fuerte; recordemos a Juan Anaya por el Victoria, a José Mújica por el Porteño, etc., que a veces empleaban la fuerza más que la habilidad con el fin de amedrentarlo. Cierto que alguna vez lo conseguían; pero al fin vencían las grandes facultades del joven jugador.

Los tiempos más brillantes de Miguel Gil, también fueron los del Marino F. C. En el año 1916 buena parte de la supremacía del equipo azul se debía al popular jugador. Los triunfos frente al Betis, de Sevilla, en 1919, primer equipo nacional desplazado a Canarias, El célebre Campeonato "Lucana" del año 1922. Sus buenas actuaciones frente a los equipos Real Club Victoria y Raith Rovers, de Escocia, en el año 1923. También recordaremos, cuando reforzando la línea delantera del Club Victoria, éste equipo hizo un formidable partido a principios de 1923, frente a una selección de las tripulaciones de una escuadra inglesa que se encontraba en nuestro Puerto, en cuyas tripulaciones había magníficos jugadores, encuentro éste, que dio origen a que nos visitara más tarde, el equipo profesional escocés antes citado.

En fin, en el aspecto regional, ya que en su época nuestro fútbol no se conocía fuera de este ambiente, figuró en selecciones como primerísima figura. Cotejando su clase frente a los ases del fútbol nacional y extranjero que nos visitaron. Piera, Samitier, Ramón González, Félix Pérez, el Niño y el Abuelo del Raith Rovers etc., como también frente a los valores antiguos de Tenerife: Peraza, Davissón, etc., sacamos la conclusión de que Miguel Gil no solamente hacía un buen papel a su lado, sino que con confianza podía tratarlos de tú. Otro tanto podría decir con relación a otros notabilísimos jugadores locales, forasteros y extranjeros que posteriormente hemos visto actuar en nuestros terrenos de juego.

Miguel Gil, Fino, correcto, era un verdadero caballero del fútbol. Si hubiese habido una Orden de los caballeros del balón redondo, este muchacho habría ocupado en ella un alto puesto por su corrección y caballerosidad en el juego, lo que no impedía para que en el momento oportuno metiese el pie con valentía y decisión. ¡Que jugadorzazo!, remataba de cualquier forma y su tiro fortísimo, a media altura, era algo fantástico, único.

Resumiendo, mientras el deporte balompédico no quede absorbido por otro espectáculo de mayor resonancia, mientras en las islas queden dos personas que hablen de fútbol, lo anecdótico producirá y tomará carácter de leyenda. Mientras más apasione el fútbol más personalidad concederemos a los que fueron y ya no son. Entre éstos está una figura popularísima, que suele salir en labios de los más jóvenes aficionados, cuando la conversación se remonta al ayer: Miguel Gil, el mago, el único, el extraordinario, de quien dijo Manuel Rodríguez Ramos, en cierta ocasión: "es el mejor que dio el fútbol en Canarias, imposible de superar en ningún tiempo".

Miguel Gil fue un "as" extraordinario, tanto en el juego, como en el remate. El sintetiza el fútbol, el magnífico fútbol de época de oro.

El martes, 3 de junio de 1941, falleció Miguel Gil. Descanse en Paz.