Secciones Históricas

Noticias >> Detalle de noticia

Reseña de una época - 1943 -

HISTORIA DEL FÚTBOL CANARIO

- Retrospectiva -


Domingo, 6 de junio de 1943

 

Liga Interregional (1943)

 

STADIUM "PEPE GONÇALVEZ"

 

MARINO F. C.   //   C. D. PRICE

 

EL MARINO BATE AL PRICE EN UN PARTIDO DE GRAN EMOTIVIDAD

- Los forjadores del triunfo fueron Jerez y Farías

- La delantera azul, en el primer tiempo, fue la nota discordante

- Magnífica primera fase pricista

 

SANABRIA,  Marino2 - 1. Expectación y optimismo. El encuentro Marino-Price era esperado con un interés inusitado por múltiples razones, por el cinco a cero y por la posterior actuación tan pobre del Price en nuestra ciudad. Se esperaba un triunfo local fácil y voluminoso, pero a los veinte minutos de juego el pánico zigzagueaba de graderío en graderío, al verse el juego que hacían los que nos parecían fáciles víctimas.

Lo inesperado. Fue el Marino un vencedor digno. Pero adversario digno también - cosa ésta inesperada - caído a toda honra, un Price que salió en plan de gran equipo, imponiéndose claramente al principio.

Y aguantando luego con toda dignidad, cuando el Marino en la segunda parte, empleó las mismas armas que el adversario: el juego por los extremos. Un Price que en ningún momento dio su brazo a torcer, contestando al buen juego con juego grande, a la rapidez con rapidez y con valentía al brío. Un Price que nunca abandonaba el terreno que presionó constantemente o más frecuencia que su vencedor y tiró a la puerta más y mejor que éste.

Los vencedores. En el Marino observamos una gran moral, gran entusiasmo, pero nada más. En el primer tiempo fue el Price el que tuvo una magnífica actuación. Las líneas azules, jugando siempre por el centro, repasando demasiado las jugadas, todo lo contrario de sus adversarios, fueron un completo desastre. Solamente Jerez y Farías jugaron al fútbol, creando juego y empujando a su delantera que, al llegar a la puerta, demostraban nulidad del quinteto atacante. Los tiros de Polo, sin orden ni concierto, causaban admiración. Pero ¿qué? ¿Acaso es jugar el tirar balones a las nubes? Gracias al penalty que a los doce minutos convirtió Jerez en el primer tanto. Ni la vanguardia, ni Bartolo, ni Campos, ni la zaga, hicieron nada.

Vino el segundo tiempo y entonces vimos jugar al Marino. Campos, Bartolo. La zaga - sobre todos Pérez - y alguna vez los interiores buscaron afanosamente el tiempo, que se merecieron más por codicia y entusiasmo. Claro está que desde la iniciación de esta parte se pudo observar nuevas instrucciones. El Price, que en el primer tiempo hizo una magnífica demostración y jugaba por sus extremos, mientras los locales se empeñaban por el centro, sin conseguir fruto. Así vimos como en la segunda parte es el Marino el que da juego a los extremos, lo que le valió para que sus adversarios llegaran, sin desmayar, a ceder terreno ante, un ataque con sus mismas armas.

¿Mereció el triunfo el Marino? Indiscutiblemente; en el segundo tiempo se hizo acreedor a él por su entusiasmo, sin que ese entusiasmo llegara a superar al juego efectuado por los contrarios en los primeros cuarenta y cinco minutos.

Arbitro y público. El arbitraje estuvo a cargo del colegiado tinerfeño, señor Padrón, que en general hizo un arbitraje aceptable. Pero no podemos dejar de registrar actos desagradables por parte de algunos espectadores apasionados en grado extremo. Indudablemente el señor Padrón tuvo errores de poca monta, como todos. Más no creemos que esto sea motivo para que individuos que ostentan cargos directivos dirijan al juez de campo groserías sin límites. Ante esto, yo pregunto: ¿Cuándo un árbitro, por las razones que sea, procura ayudar discretamente a un equipo determinado, con el consiguiente perjuicio para el adversario, ese público simpatizante del equipo favorito insulta al árbitro por su parcialidad?

Más serenidad, señores...

Triunfo difícil. Sería una estupidez grande el afirmar que el triunfo fue fácil. Si con el mismo juego desarrollado por ambos contendientes, los números hubieran cambiado del casillero, también hubiéramos dicho que el triunfo fue justo, pero difícil. Ambos hicieron méritos para ganar: uno, el mejor juego del Price y otro el mayor coraje del Marino.

Como rodó el balón. A las órdenes del señor Padrón los equipos formaron:

Marino: Cristóbal; Méndez, Pérez; Farías, Campos, Bartolo; Sanabria, Polo, Rodríguez, Jerez y Minguine.

Price: Cabrera; Chicho, Montañéz; Morera, Celedonio, Alvarito; Roig, P. Núñez, A. Núñez, R. Núñez y Benigno.

Impulsado por un borceguí azul comienza a rodar el cuero. Desde los minutos iniciales, los contendientes acusan gran seguridad y una moral extraordinaria. Va el balón de dominios a dominios. Las primeras jugadas azules las inician Jerez y Polo. En esta parte y casi seguido en los primeros momentos se ejecutan seis córners contra la meta forastera, lo que dice bastante de la presión azul.

En el público hay expectación. A los doce hace un penalty de Montañéz. Ejecutado por Jerez, es el primer gol azul, los que, entusiasmados continúan la presión.

El Price con un juego de calidad por sus extremos, se va imponiendo poco a poco, hasta convertirse en una presión arrolladora y de gran peligro, que la zaga local no es capaz de impedir. La delantera visitante, en momentos, pone en apuros al meta local. Jerez es el héroe de la jornada. Polo lanza cerca de veinte tiros en todo el encuentro. Dieciocho o menos han salido fuera. A esto le llaman mala suerte, pero nosotros creemos que esta calificación es un error, pues en todas sus actuaciones le sucede lo mismo. Y a esto hay que llamarlo por su nombre.

La delantera no profundiza y tira de lejos. El meta pricista hace maravillas. Polo se encuentra solo ante el marco contrario, no muy lejos, dispara y va a las nubes. A esto se le sigue llamando suerte.

Llevamos veintisiete minutos de juego cuando Benigno corre un balón por su extremo y centra para que R. Núñez, sobre la marcha, rematar de gran cabezazo y hace un gol precioso. Estamos empatados. Ambas zagas están fatales en esta parte, especialmente la local. En el Marino no hay más que parte de los medios; los demás nulos. Bartolo, acusa una gran baja forma.

Ahora es el Price, el que con buen juego presiona y conduce el peligro a los dominios de Cristóbal. Momentáneamente se observa alguna desorientación en los nuestros. Sanabria ejecuta el quinto córner y nada. Polo no manda un balón en dirección a la puerta.

El juego, en medio de un silencio grande, que señala lo que esta ocurriendo en el terreno de juego. Se nivela por algunos minutos. Más son los pricistas lo que con más peligro inician las arrancadas y las jugadas interesantes.

Farías y Jerez están cortando mucho juego. Son los únicos que dan movimiento a sus colores. Por el Price, Benigno y Alvarito trabajan extraordinariamente. La presión tinerfeña se acentúa y cuando los locales escapan, todo balón que va a Sanabria se pierde. En esta parte ha estado fatal. Y nos vamos al descanso con 1- 1 que es un enigma.

Resurge el Marino. Comienza la segunda parte y comienza el Marino a hacerse acreedor del triunfo. Primeramente es el Price el que presiona por algunos minutos; tememos por los locales. Se ejecutan en su meta varios córners sin consecuencias. Pero al comenzar la reacción azul, su juego se desarrolla con insistencia por los extremos, donde se juega con más seguridad, aunque el eje delantero sigue apagado.

Al principio de esta parte Sanabria se va imponiendo y controlando mejor el cuero. El Price no decae, y no se sabe dónde va a surgir primero el desempate, hasta que Minguine, a los quince minutos corre un balón solo y desborda a la defensa en rápido "sprint" llevando el balón al fondo de las mallas. Estamos en 2 - 1 y, tal como esta actuando el Marino, nos parece que el triunfo está en casa. Y no nos equivocamos.

¡Por fin! Polo ha lanzado un soberbio tiro, pero el meta bloca admirablemente.

El Marino es ahora todo entusiasmo y coraje. Bartolo y Campos se animan y toda su línea responde bien. Hasta en la delantera se observa más compenetración. La zaga más segura, destacando la actuación de Paco Pérez. El equipo azul se ha impuesto por entusiasmo y coraje. Ante ello el Price se entrega paulatinamente al ímpetu azul que es todo coraje y deseos de ratificar el triunfo, y nos quedamos con un dos-uno merecido. En cuanto al tanteo "lógico" no se hagan cálculos. Para eso es necesario saber chutar un balón a la puerta.